El día 09 de julio las Comisiones de Agricultura, Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado acordaron delegar la administración del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) al Ministerio del Medioambiente, una función que históricamente ha sido responsabilidad de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Institución adscrita al Ministerio de Agricultura.
Desde el comienzo de la discusión el 2011, varios actores y organizaciones han manifestado que un cambio de administración no garantizará una mayor protección de los ecosistemas que se encuentran resguardados por el SNASPE (reconocidos en todo el mundo por sus características únicas), sino que al contrario, generará mayor incertidumbre. El principal reparo es que la institucionalidad ambiental en Chile está obsoleta y presenta graves deficiencias, como para pretender hacerse cargo de algo tan importante como la gestión de las áreas silvestres protegidas, y en general, de la biodiversidad del país.
A pesar de la escasa disponibilidad de recursos y la ausencia de una institucionalidad ambiental, CONAF ha logrado balancear de manera efectiva la labor de conservación del SNASPE por más de 40 años, con el manejo del entorno social y económico que rodea las áreas protegidas, involucrando además su quehacer en materias de la regulación y fiscalización para potenciar el aprovechamiento sustentable de los bienes y servicios en éstas áreas.
También es importante destacar que CONAF ha sido un férreo defensor de las áreas protegidas, resguardándolas de intereses totalmente ajenos a la conservación. Esto se ha demostrado en las observaciones que CONAF ha presentado ante proyectos fuertemente cuestionados por la comunidad, como han sido algunos emprendimientos mineros, eléctricos y de otro tipo que han pretendido instalarse dentro de unidades del SNASPE, y que contaban con la aprobación del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, entidad dependiente del Ministerio del Medio Ambiente.
Al observar este lamentable acuerdo al que han llegado los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, es inevitable que surjan dos preguntas que son inquietantes:
- ¿Es coherente desarticular a CONAF para potenciar a un cuestionado Ministerio de Medio Ambiente que no puede cumplir a cabalidad con sus propias funciones?
- ¿Este traspaso asegura una mayor eficiencia y eficacia en la gestión de las áreas silvestres protegidas, sobre todo si se considera que la institucionalidad ambiental chilena está en un incipiente proceso de reestructuración?
La prioridad debería ser perfeccionar y mejorar el funcionamiento del Ministerio de Medio Ambiente, en lo que respecta a sus actuales atribuciones, entre las cuales se encuentra la administración del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Desde esa perspectiva, no se entiende esta decisión que resultará en la desarticulación de otros servicios que sí funcionan.
Por otra parte, las autoridades deben comprender que la conservación de la biodiversidad no se realiza en pedazos de territorios aislados del entorno. El conocimiento científico es muy claro al respecto, los ecosistemas y las especies que forman parte de esos ecosistemas sobreviven, “se conservan”, en la medida que forman parte de un paisaje de conservación que va mucho más allá de las unidades del SNASPE. Desde ese punto de vista, el hecho de que el SNASPE siga en manos de CONAF no es un capricho, es la conclusión lógica de un proceso de reflexión, práctica y análisis, que ha tomado años y que indica que la gestión del SNASPE debe estar en sintonía con la gestión del resto del territorio.
Por esta razón, como Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo solicitamos a las autoridades de gobierno que desistan de este acuerdo, y a los parlamentarios aprobar el Proyecto de Ley que crea el Servicio Nacional Forestal contemplando todas sus funciones, entre ellas la administración de las áreas silvestres protegidas del Estado.
Directorio AIFBN.