El viernes 19 de julio, volvimos por fin y ahora a “habitar” la casona de la AIFBN ubicada en Calle Fresia, en pleno centro de Valdivia. 

Tal como les contamos en la última asamblea anual celebrada en Valdivia a principios de junio, con la adjudicación del proyecto Observatorio de los bosques y las políticas forestales, la llegada de más miembros al equipo y la necesidad de contar con espacios de trabajo y de acogida para socios y socias, hacia mediados de este mes y tras un par de meses de remodelación y arreglo varios, la actual dirección ejecutiva y el equipo de Bosquentrama, se instalaron en lo que prontamente se llamará de forma oficial “Casa Bosque Nativo Claudio Donoso Zegers”.

El cambio no fue rápido. Hubo que invertir en arreglar, mejorar y adaptar lo que funcionó como hostal durante los años 2008 y 2020, para transformarlo en oficinas y espacios de trabajo acogedores y cómodos.

La casa, construida en 1936, es de pellín, laurel y alerce. Probablemente la firmeza de estas nobles maderas le dieron la fuerza para resistir el gran terremoto de 1960, lo que permitió que sus dueños la habitaran hasta que murieran. 

Luego estuvo por años abandonada y cuando fue puesta a la venta en 2008, la AIFBN la compró a través de un leasing. Inmediatamente comenzó a funcionar como Hostal y muchos de quienes en ese entonces trabajaban en nuestra agrupación, se dedicaron a la atención de público, a arreglar detalles… “Ha sido un proyecto colectivo muy hermoso”, comenta René Reyes. actual miembro del directorio. 

En el hostal Bosque Nativo, se alojaron actores y actrices que venían al festival de cine de Valdivia y ¡hasta la profesora Suzanne Simard!, quien propuso la teoría de que los árboles se comunican a través de las raíces. (ALERTA DE CONCURSO: ¿en qué película participó la profesora Simard? El ganador se lleva de regalo un libro “Finlandia para siempre” de Luis Astorga. Debes enviar un correo a difusion@bosquenativo.cl)

Tiempos complejos y el regreso

Con la pandemia no quedó más remedio que cerrar. Sin turistas y nada que le diera vida a la “hostal”, el directorio de la agrupación debió tomar decisiones difíciles y al poco tiempo, la casona fue arrendada. 

Sin embargo y como todo va cambiando, llegaron tiempos mejores y ahora la casona está remodelada, con un equipo de trabajo que le da vida cada día y buscando más iniciativas relacionadas a nuestro ámbito para que puedan arrendar los espacios que quedan disponibles.

¡Ah! y como si fuera poco, hay dos habitaciones disponibles para los socios que vengan a Valdivia y necesiten dónde quedarse. (Socios con cuotas al día, nos soplan por acá).

¡Los esperamos!