“La institucionalidad forestal del país adolece de la fortaleza que se requiere para diseñar y ejecutar políticas públicas sólidas, consistentes y de largo plazo”. Entrevista publicada en Revista Bosque Nativo nº54.
Fue en los patios del Instituto Nacional, en Santiago, cuando Carlos Poblete Barros decidió que quería estudiar Ingeniería Forestal. Y es que si bien reconoce que durante su adolescencia tenía idealizada la imagen de una vida de trabajo en medio de los bosques, fue un discurso del inspector general de su colegio el que finalmente lo ayudó a decidirse. “Este inspector general discurseaba ufano una mañana en los patios de mi colegio sobre las cifras de alumnos del año anterior que habían entrado por decenas a ingeniería civil, otros tantos a medicina, muchos a derecho, varios a agronomía…. y sólo uno a ingeniería forestal. Creo que fue el momento en que me decidí”.
De esa mañana en los patios del Instituto Nacional, el camino recorrido ha sido largo, pero muy productivo. Egresó de la Universidad de Chile y realizó un postgrado en la Universidad Internacional de Andalucía, en España. En el ámbito laboral, tuvo un paso fugaz por la empresa privada donde reconoce que no se sintió cómodo. “Ver pino radiata hasta donde se perdía la vista… me sirvió para darme cuenta que eso no era lo mío”, recuerda. Después de esa primera experiencia laboral, se fue a Aysén a los planes de absorción de mano de obra que combatían la cesantía de la época, trabajando en viveros y en faenas de forestación.
Pero sin duda su paso por CONAF ha sido el más importante, ya que en esta institución y durante 30 años, se ha desempeñado en casi todos sus programas en la regiones de Aysén y Los Lagos: fiscalización, manejo forestal, fomento, áreas silvestres protegidas, como un profesional más u ocupando cargos de jefaturas provinciales y de departamentos regionales. Y fue aquí en CONAF, donde tuvo su primer contacto con la representación gremial. “Tuve representaciones locales del sindicato de profesionales de la institución, pero durante un corto tiempo”, explica.
Su ingreso a la AIFBN se concretó el año 1993, poco después de su creación. “Me pareció que la orientación hacia el bosque nativo que marcaban los profesionales fundadores, como Claudio Donoso Zegers, Antonio Lara, Luis Otero, Alvaro Rojas y otros, era el camino a seguir. Sentía que la tendencia imperante de la ingeniería forestal en el país tenía una deuda con los ecosistemas naturales y que esta podía ser la trinchera para luchar por ello”, destaca.
En sus palabras se trasluce que ese es el espíritu que quiere imprimir a su gestión, la cual comenzó en mayo de 2015 cuando asume la presidencia de la AIFBN, cargo en el que permanecerá hasta mayo de 2017. Un desafío gigante, como él mismo cataloga.
RBN: ¿Por qué le interesó lo gremial?
En realidad, la AIFBN no es una asociación gremial típica que defienda los intereses de un gremio o una profesión en particular. Su foco es incidir en las políticas gubernamentales y acciones sectoriales que comprometen las dimensiones ecosistémicas, económicas y sociales asociadas al uso y conservación de los recursos forestales nativos. Pero la Agrupación no sólo se queda en propuestas y discursos, sino que trabaja en el territorio a través de diversos proyectos que buscan demostrar que sus visiones tienen cabida y son viables en el mundo real. Eso es lo que me resulta interesante de la AIFBN.
RBN: ¿En qué pie se encuentra la AIFBN?
En esto quisiera ser sincero, si yo hubiese tenido una opinión satisfactoria de la situación organizacional de la AIFBN no me habría postulado a su Directorio, pues es una carga de trabajo enorme y compleja. Hace unos años nos propusimos formar generaciones jóvenes que asumiesen la conducción de la Agrupación y así abrir las puertas a las nuevas ideas y a más energía, lamentablemente el proceso no fue todo lo exitoso que hubiésemos esperado.
Decidí acometer el desafío de volver a participar en la gestión directiva de la AIFBN, porque visualizaba distorsiones que me parecía que comprometían la viabilidad futura de la concepción original de la organización. Sin embargo, la Agrupación posee el enorme capital de la excelencia profesional que le otorgan sus integrantes y eso es lo fundamental, porque permite construir y proyectar. RBN: ¿Cuáles serán los énfasis de su gestión? Dos años de administración no es mucho tiempo, de hecho ya ha transcurrido un cuarto del período. La urgencia y el énfasis inmediato ha sido puesto en el plano interno: incentivar la participación y el trabajo voluntario de la membresía, mejorar los quorum de asambleas y organizar reuniones ampliadas, aumentar la proporción de socios al día, reinyectar a la revista Bosque Nativo nuevas energías, perfeccionar un medio de comunicación interna tan importante como lo es el e-group, continuar con el proceso de mejoramiento de la web que inició el Directorio anterior; enfatizar la directriz política de la AIFBN sobre su acción operativa e instaurar el cargo de Director Ejecutivo de la AIFBN, cuyo rol será implementar el plan estratégico y los lineamientos programáticos del Directorio, y por ende, supervisar y liderar el trabajo de todas las instancias que componen la organización.
Leer entrevista completa en Revista Bosque NAtivo nº54, página 7 >>