Alberto Peña: «Propuesta frente a proyecto de ley de restauración forestal y mitigación al cambio climático».

 

ANTECEDENTES
Una lectura rápida de los contenidos del Proyecto de Ley de Restauración Forestal y Cambio Climático permite formarse una idea de los propósitos explícitos e implícitos que esta iniciativa conlleva, entre ellos:

  1. El proyecto señala explícitamente que busca “contribuir a la restauración forestal, la adaptación y mitigación del cambio climático y al desarrollo sustentable de país, a través de incentivos a los pequeños y medianos propietarios forestales”.
  2. Luego cuando define los SERVICIOS AMBIENTALES sólo refiere a la subcategoría de Bosques Plantados; y agrega luego en el Artículo 4º que los recursos del Fondo Concursable se refiere exclusivamente a Bosques Plantados y los desagrega en tres tipos: a) Reforestación en sectores de desastres, b) “Creación” mediante forestación para provisión de Servicios Ambientales y, c) “Creación” mediante forestación con fines productivos, para la adaptación y mitigación al cambio climático. Así queda claro que el Proyecto apunta exclusivamente a efectuar forestaciones y reforestaciones; implícitamente está reconociendo que tiene un enfoque eminentemente productivista.
  3. Como se puede leer el proyecto tiene la misma lógica que instaló el DL 701 y que luego también asumió la Ley de Bosque Nativo que agregó el tema de la concursabilidad. Hay que decir que el DL 701 está basado en un modelo español que la CORMA estudió en detalle a mediados de los años 60´ y que incluso fue presentado a sus socios en una reunión efectuada en 1967, como lo relató en una entrevista a la Revista Chile Forestal su principal impulsor Fernando Léniz, y que inmediatamente después del Golpe de Estado de 1973 y, una vez asumido como ministro de economía de la dictadura, lo propuso a la Junta de Gobierno para su instalación, funcionalizando a CONAF para su administración, como se puede leer en las primeras ediciones de la Revista Chile Forestal.
  4. La Ley de Bosque Nativo, cuyos escuálidos resultados ya han sido evidenciados al menos por tres evaluaciones que se le han realizado, fue una copia de la estructura conceptual del DL 701 pensando que tendría logros similares, sin tomar en cuenta que no sólo se trataba de un objeto muy diferente (el Bosque Nativo), sino que además la estructura de propiedad era totalmente distinta.
  5. Aparte de tratarse de un objeto distinto con una distribución de su propiedad diferente, en lo que sí se parecen ambos proyectos es que, al igual que este nuevo proyecto de ley de restauración forestal, establecen fondos concursables, que se repartirá mediante bonificación (subsidios) calculadas en base al costo de las actividades que se desarrollen para el logro de los objetivos de las forestaciones y/o reforestaciones. De esta manera este proyecto nuevo corre los mismos riesgos de escasez de resultados que la Ley de Bosque Nativo, cuyos recursos por pago de actividades por hectárea tratada, han sido muy bajos como para resultar en un incentivo que
    efectivamente motive a los propietarios a ingresar al sistema. También hay que agregar que uno de los factores que incidieron en el “éxito” del DL 701 en sus inicios, corresponde a tres decisiones claramente administrativas que reflejaban una voluntad política certera:
    a) Se consideraba bonificar los costos de Roce (es decir de sustitución del Bosque Nativo)(1) lo cual elevaba significativamente el monto de la bonificación.
    b) Los cálculos iniciales de los costos de las actividades fueron “generosos” ya que se trataba de asegurar que cada actividad tuviera los recursos suficientes. Esta situación no es fácil demostrarla hoy día, pero claramente hubo una voluntad política administrativa para impulsar fuertemente las metas de esta “novedosa” iniciativa.
    c) La adscripción al DL 701 aseguraba la inexpropiabilidad de los predios, aspecto que según algunos analistas del DL 701 jugó un rol muy importante para inclinar la decisión de los dueños de predios, particularmente de las empresas forestales.

Y ahora se presenta este nuevo Proyecto de Ley que en la práctica promueve las plantaciones antes que el manejo del Bosque Nativo. Quien tenga experiencia en el uso del DL 701 y de la Ley de Bosque Nativo podrá verificar que el articulado casi es copia fiel de ambos proyectos, sobre todo del DL 701. Queda la duda si presentarán un proyecto distinto y complementario respecto del Bosque Nativo o simplemente buscan actualizar dicho cuerpo legal adaptando y agregando algunos objetivos consustanciales al nuevo desafío.

Estamos frente a una solución que podría haber sido escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa (autor de la interesante novela El Gatopardo).

Creo que se podría forzar hoy una solución más congruente con los desafíos que generan los efectos del Cambio Climático, y partiendo de la base, como ya ha sido demostrado, que los más efectivo para el logro de estos objetivos tiene que ver con la restauración del Bosque Nativo antes que con plantaciones comerciales(2). Incluso se puede dejar dentro también las plantaciones comerciales. Pero para esto se requiere en primer lugar que eludamos la colonización cultural que muchos tenemos instalada en nuestra mente por la larga data tanto del Modelo Forestal como del DL 701. Requiere de un “giro copernicano” en la forma conceptual de aproximarse al diseño de un sistema de incentivos que permita priorizar los bosques nativos, sin dejar fuera las plantaciones. Y ese enfoque nuevo significa eludir calcular los costos de las actividades, sino “premiar” el aporte que hacen gratuitamente los bosques a la sociedad, a través de la entrega de una serie de Servicios Ambientales, genéricamente hablando.

PROPUESTA

Si se revisa en detalle el aporte de Eugenio Figueroa et allii: VALORACIÓN ECONÓMICA DETALLADA DE LAS AREAS PROTEGIDAS DE CHILE. 2010. Proyecto GEF-MMA-PNUD.233 p.

VALORACIÓN ECONÓMICA DETALLADA DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS DE CHILE.

1) si cruzan la información de solamente las superficies de bosques, contenidas en la Tabla 2.8 de la página 59 verán que el SNAP1 contiene 2.084.556 ha de bosques nativos y, SNAP2 contiene 3.777.609 ha, de bosques nativos (SNAP 2 agrega a SNAP 1 las AP privadas y los Sitios Prioritarios); el detalle de cada categoría de SNAP1 y SNAP2 lo ven en la página 55: SNAP 1: Considera a las áreas protegidas de categorías legalmente reconocidas. Se incluyen a los monumentos naturales, reservas nacionales, parques nacionales, santuarios de la naturaleza, bienes nacionales protegidos, sitios Ramsar, reservas marinas y áreas marinas y costeras protegidas. SNAP 2: Considera a las áreas protegidas en SNAP 1 más los sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad y las áreas protegidas privadas).

Luego revisan la página 186 y allí aparecen los valores unitarios ecosistémicos, en la Tabla 4.53.

      Enseguida y con ambos datos se van a la página 192 y observarán que los Bosques del SNAP1 aportan anualmente con USD$ 431 millones cada año en servicios ambientales, lo que equivale a decir que cada hectárea de bosque nativo del SNAP1, considerado en la Tabla 2.8 (página 59) aporta con USD$ 207 cada año a la sociedad chilena (USD$ 207/Ha/año); en tanto que los Bosques del SNAP2 aportan con USD$ 411/ha/año.

No obstante, hay que tener en cuenta que:

  1. La metodología del VET (Valor Económico Total) es una metodología validada ampliamente, pero su debilidad está en la asignación de valores unitarios. Uno parte creyendo que los valores de los servicios ecosistémicos no transables pueden ser muy mayores que los bienes transables y se puede encontrar que por esa vía resulta que tales servicios aportan “poco”; y así entregamos argumentos gratuitos a quienes deleznan la importancia de tales servicios ecosistémicos. Este NO parece ser el caso, aunque hay que revisar en detalle lo que plantea la metodología a partir de la página 60. De todos modos habría que pensar y diseñar un sistema escalonado de “pagos adelantados”; mientras más servicios ambientales se le reconozcan al bosque más se le paga. Bajo esta perspectiva se puede incluir también, a las plantaciones tanto de especies nativas como de exóticas, con pagos por sus servicios ambientales (esto también obligaría a mantener las plantaciones y aplicarles sistemas de cosecha que no hagan perder sus escasos servicios ambientales tales como la retención de erosión y la captura y almacenamiento de CO2, por ejemplo, no permitiendo las talas rasas, ya que se ha demostrado científicamente que su aplicación afecta a los suelos(3).
  2. Un enfoque de “pagos adelantados” por servicios ambientales, permite pagar más a los bosques que ofrecen más servicios y resulta ser un incentivo positivo para que su `propietarios opten por mantener sus bosques antes que eliminarlos. También puede resultar en un incentivo positivo para quienes deseen intervenir adecuadamente sus bosques.

COROLARIO

Es importante rescatar (previamente estudiado) este enfoque: porque hasta ahora todos los cálculos de subsidios al bosque nativo y a las plantaciones se han hecho desde la perspectiva de los costos que tienen las actividades silvícolas relacionadas, bajo la lógica clásica de devolverle parte de los costos de intervención, al productor o propietario de los objetos creados o manejados…así se pensó el DL 701 y así también se pensó la Ley de Bosque Nativo (además sin considerar que la estructura de propiedad y los atributos de los propietarios de ambos objetos eran muy diferentes). Sin embargo hay un enfoque alternativo y que corresponde a “pagar anticipadamente” por los servicios ecosistémicos que el bosque nativo está otorgando o va a otorgar. Es decir si tomamos los resultados del estudio actualizado de Figueroa et allii, los aportes anuales fluctúan entre los USD$ 207 a USD$ 411/año/ha. Si simplemente se lograse “pagar por adelantado el aporte de 10 años”, por ejemplo quizás resulten valores mucho más interesantes al productor que los que ahora ofrece el sistema de costeo de actividades de la LBN. Así por ejemplo el “pago de 10 años” fluctuaría entre USD$ 2.070/ha a USD$ 4.110/ha. Y los sistemas de intervención se abren a todas las opciones en un sistema escalonado u otro.

También es una oportunidad para poner en duda el largo enfoque conceptual que ha irradiado el Modelo Forestal imperante y su principal herramienta como fue el DL 701. Los desafíos actuales ameritan dejar atrás instrumentos que hasta ahora han servido para seguir dejando en el abandono al principal activo forestal que pose Chile como son el Bosque Nativo y las Formaciones Xerofíticas que juntas suma poco más de 25 millones de hectáreas, pero que está en un estado tal de degradación que, cada vez más, su entrega gratuita de servicios ambientales, se está perdiendo en función de intereses meramente crematísticos de corto plazo, sufriendo la pérdida la sociedad chilena entera.


  1. Al respecto sugiero leer Carta al Director que fue publicada en la Revista del Domingo de El Mercurio, el 25 de noviembre de 1979, y que es rescatada por Claudio Donoso Zegers, en la página 29 de su libro UNA MIRADA A NUESTROS BOSQUES Y SU DEFENSA, publicado en el año 2012 con apoyo de la AIFBN. En dicha carta se da el nombre de una serie de predios que en esos días todavía seguían quemándose en la zona de la Cordillera de Nahuelbuta, para establecer luego plantaciones que iban a ser bonificadas posteriormente: San Ricardo, Paillaco, Mondoví, Matraquin, Tranaquepe, Choque, Lanalhue, Tranguilvoro, y también Venecia cerca de Capitán Pastene. Personalmente conocí la mayoría de los predios señalados ya que en 1975, Forestal Crecex contrató a INFOR (dirigido también por Julio Ponce), para que se levantase toda la información necesaria para preparar los antecedentes a presentar a CONAF y así optar a las bonificaciones. Fui parte de ese equipo técnico y pude ver directamente las “compras” de los predios y los inicios de instalación de faenas, quemas de por medio.
  2. https://www.eldesconcierto.cl/2019/05/15/restaurar-bosques-naturales-es-la-mejor-forma-para-eliminar-el-co2-atmosferico/ 
  3. https://www.academia.edu/12561720/La_tala_rasa_y_su_efecto_en_la_productividad_del_sitio/  

Publicada el 24 de Junio de 2019.