Por Pablo Parra Soto – Socio Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN)
Publicado el 18 de noviembre de 2021 en El Desconcierto
El próximo 21 de noviembre inicia un nuevo proceso eleccionario, donde una vez más la sociedad chilena tendrá la posibilidad de elegir a candidatos y candidatas para cargos de Presidente(a), Senador(a), Diputado(a) y Consejeros(as) Regionales. Es importante señalar que estas elecciones se realizan posterior a la culminación de la COP26, encuentro internacional en el que se establecen lineamientos de mitigación y adaptación para enfrentar la crisis climática a nivel mundial.
La crisis climática para Chile no es un problema futuro, ya está instalado, y ha acentuado migraciones humanas y desencadenado el incremento de la ansiedad climática en la población, especialmente en jóvenes, quienes enfrentarán los devastadores efectos del cambio climático. Según la ONU, Chile cumple con siete de los nueve criterios de vulnerabilidad a los efectos del cambio del clima, mientras que el WRI anuncia que es uno de los países más propensos a enfrentar una disminución del suministro de agua por los efectos combinados del aumento de las temperaturas en las regiones críticas y cambios en los patrones de precipitaciones. Entre el año 2020 y 2021, los conflictos socioambientales en Chile han aumentado de 118 a 127. Actualmente, en el 44% de esos conflictos se está afectando el agua, mientras que en el 31% la biodiversidad. Además, en el 85% de esos conflictos se vulnera el derecho de vivir en un ambiente libre de contaminación, y en el 31% de ellos el derecho al territorio y los recursos naturales.
Greenpeace dio a conocer los resultados de una encuesta hecha a la población previo a la elección de constituyentes. Los resultados reflejaron que 88% indicó que el medio ambiente debía ser una prioridad para ellos (as); 91% que la naturaleza debe tener derechos protegidos por la Constitución y que el 90% votaría por quien afirme que se debe asumir la crisis climática como prioridad. Actualmente, la Convención Constituyente aprobó que la nueva Constitución se redacte bajo “un contexto de Emergencia Climática y Ecológica”, mientras que algunos Gobiernos Regionales han declarado emergencia climática y ambiental en sus territorios.
Considerando este contexto, ¿El actual modelo de desarrollo nos protegerá de la crisis climática? ¿Las candidaturas a presidencia y parlamento creerán que la crisis climática es prioritaria?, ¿Cuáles son los cambios profundos que se plantean para poder proteger y recuperar el medioambiente en nuestro país? El actual modelo de desarrollo no está preparado para enfrentar la crisis climática, y el claro ejemplo de ello no solo es la existencia de conflictos socioambientales, sino que también su incremento. Hoy escuchamos a varios(as) candidatos(as) hablar que les preocupa el medioambiente y cambio climático, pero al ver sus propuestas pareciera que desconocen en absoluto el tema o que simplemente no quieren “mover mucho el cerco” del actual modelo, como si estuvieran cómodos(as) con él. En los últimos años, el medioambiente se ha utilizado en campañas electorales porque es una temática que ha tomado gran relevancia en la población; sin embargo, para candidatos(as) tiene una connotación decorativa o romántica más que propuestas concretas que lleven a cambios reales en esta materia.
Un grave error que se ha cometido con la temática ambiental y crisis climática es que se asume que únicamente es responsabilidad de la institucionalidad ambiental, siendo que debiese ser una obligación transversal de toda la institucionalidad y sectores productivos del país. Lamentablemente, esta visión no ha podido instaurarse porque afecta intereses económicos, como los de financistas de partidos de políticos. Quienes han incidido en que se postergue esta visión creen en el lema “El crecimiento económico no puede detenerse”, el que ha permeado en todas las clases sociales del país, donde hay personas pobres convencidas de que el medioambiente es un impedimento para la inversión, incluso llegando a justificar la existencia de zonas de sacrificio porque otorgan empleo, aunque se afecte su calidad de vida. Comunicacionalmente existe una campaña del terror para que el modelo no cambie, pero si nada se cambia se estará condenando a la población a escenarios socioambientales devastadores. Es arriesgado e irresponsable hablar de crecimiento económico sostenido cuando existen frecuentes escenarios de sequías, de incendios forestales, de pérdida de ecosistemas y de pandemias, entre otros.
Los tiempos en que se subestimaba la inteligencia de las personas están quedando en el pasado, y quienes quieran asumir cargos tendrán la obligación de convencer a Chile que tienen la convicción de generar cambios profundos. Se debe identificar las posturas de candidatos(as) diferenciando a quienes están a favor y en contra del actual modelo que sacrifica el medioambiente por el capital; quienes son los(as) que hacen elegir a las personas entre comer o vivir en un ambiente limpio, y quienes serán los(as) que apoyarán el proceso constituyente que contempla a la crisis climática. Ya no hay más margen de error, y se debe entender que si se sigue concibiendo al medioambiente como algo secundario, no cabe dudas que Chile tendrá obsolescencia programada.
Por Pablo Parra Soto – Socio Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN)
Publicado el 18 de noviembre de 2021 en El Desconcierto