Por Heinrich Burschel
Publicado el 30 de Julio de 2020
Hay certeza que el aumento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) provocado por el hombre es la causa principal del calentamiento de la atmósfera. Uno de estos Gases es el Dióxido de Carbono (CO2) en particular, es fundamental para la vida en el planeta por dos razones: primera, porque forma la base de la fotosíntesis de las plantas (y plancton) y, segunda, porque es un gas importante en relación con la capacidad de retener el calor en la atmósfera.
El proceso químico de la fotosíntesis, empujado por la energía solar, produce azúcares, que finalmente se transforman en materia orgánica. El origen de la energía fósil, carbón mineral, petróleo y gas natural, son gigantescas acumulaciones de “material orgánico”, transformadas por el cierre de aire, presión y altas temperaturas, en procesos geológicos milenarios. Estos Hidrocarburos forman, desde el inicio de la revolución industrial (1750), la fuente energética principal de nuestro modelo de “desarrollo” económico. Ahora todo esto sería fantástico, si no existiera el pequeño problema que las emisiones han elevado la participación del CO2 en la atmósfera de 0,0270 a 0,0417%, durante los últimos 250 años. Aun cuando suena improbable, por la mínima participación del CO2 en la atmósfera, este cambio de concentración nos dirige a un colapso del clima a nivel mundial, si no se toman decisiones drásticas.
En este contexto se discuten a nivel mundial, desde hace 25 años, en reuniones organizadas de las Naciones Unidas denominados las COPs, las medidas y la forma como controlar las emisiones de los GEI (específicamente el CO2). En la reunión del COP 21, en 2015, se ha logrado un consenso denominado el Acuerdo de Paris, firmado por todos los países del mundo, menos USA, bajo la administración de D. Trump. La meta principal del acuerdo es mantener el aumento de la temperatura a nivel mundial bajo los 1,5Cº, en relación al nivel preindustrial y, para esto, cada país está obligado a presentar sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés); Chile ha presentado el 9 de abril 2020 su actualización para el periodo 2020 al 2030.
El documento en si es completo, tiene todos los aspectos importantes y se presenta en un atractivo diseño, sin embargo, resaltan algunos temas importantes, que una vez reflexionado a fondo, causan la conclusión, que los NDC presentados por el gobierno actual, no son satisfactorios. De hecho, si lo vemos en forma estricta, causan la sensación de falta de compromiso. Quiero poner atención a tres observaciones principales, que muestran por qué la propuesta es incompleta:
1. De la Realidad Social en Chile: En el punto 3.1 con el titulo “La actualización de la NDC de Chile en un contexto de desarrollo sostenible y transición justa, (NDC, página 12), se puede encontrar el siguiente párrafo; “Chile registra importantes avances en su ruta hacia el desarrollo, los que se reflejan en indicadores internacionales y nacionales. Por ejemplo, de acuerdo con cifras del Banco Mundial, en 2018 Chile registró un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, ajustado por poder de compra, de US$25.222. Además, ocupa el primer puesto a nivel regional, y el puesto 42 a nivel mundial, del ranking del Índice de Desarrollo Humano (IDH, UN) etc». Todo el análisis político-social muestra un problema de fondo, tomando en cuenta el hecho de los Estallidos Sociales del 18 de octubre 2019 en adelante, en lo cual el pueblo chileno en su gran mayoría ha demostrado y reclamado sobre el enorme nivel de desigualdad, pobreza y abuso en que desempeña su vida, y que son definitivamente resultados de una política económica extrema (neoliberal), y resulta muy difícil aceptar que este hecho histórico no se refleje en cifras adecuadas; dado que toda la seguridad nacional interna depende del bienestar social de la población y la pregunta es: ¿Qué va a pasar con aquella en los próximos 10 años? El facto de la desigualdad social es un factor de riesgo para todos los procesos políticos futuras.
2. El Nuevo Régimen del Clima, la sequía: En los NDC, resalta la ausencia de criterios de Riesgo en relación con el Nuevo Régimen Climático actual, que está caracterizado en Chile por crisis de la disponibilidad efectiva del agua. En varios estudios, por ejemplo, el del World Resource Institut , se muestra que Chile pertenece a los países con más impactos negativos al Cambio Climático, especialmente a la drástica disminución de las precipitaciones y el aumento de la temperatura en los próximos años. Esto tiene consecuencias importantes sobre la Seguridad Nacional, dado que justamente las zonas mas afectada serían las Regiones ente la IV y la X, en la cual se concentran 15,6 millones de los habitantes de Chile y gran parte de la producción agropecuaria, por ejemplo, las precipitaciones registradas en Santiago bajaron durante la última década entre 40-50% . La situación para Santiago se dirige directamente a una emergencia de agua potable de nivel todavía no experimentada. Por tanto, es prudente hablar de un alto riesgo, de una crisis de agua potable y de una disminución de la producción agropecuaria y el potencial colapso de los ecosistemas forestales, para mencionar algunos aspectos.
3. El rol de los Bosques y la Crisis letal: Las medidas propuestas relacionadas con lo denominado: “Uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y la silvicultura Silvicultura (UTCUTS)”, y que se refiere a la cobertura vegetacional total existente en Chile, de aproximadamente 27 millones de ha. Estos bosques nativos, formaciones xerofíticas, y plantaciones, forman en su conjunto la reserva y el lugar de almacenamiento de Carbono terrestre mas importante para el balance de CO2 de Chile.
Por supuesto esto es cierto, siempre y cuando las condiciones naturales quedan relativamente estables, dado que la vegetación nativa se ha adaptada durante miles de años a las condiciones del clima y dependen en sus ecosistemas, del característico régimen de precipitaciones y temperaturas. Como ya se ha verificado aquello se ha cambiado en forma drástico, determinando la pérdida de las precipitaciones mínimas necesarias para mantener los ecosistemas vegetacionales vitales en el sur de Chile (incluidos las plantaciones exóticas por su particular alto consumo de agua), es decir, estamos siendo testigos de un proceso acelerado de aridización. Esto es tan dramático que, en las formaciones del bosque esclerófilo se observa el marchitamiento de bosques a nivel de paisajes y la reducción significativa del crecimiento anual de la vegetación.
Conclusión: Estas tres observaciones, tienen su enfoque en el riesgo país y la seguridad nacional interna, tienen que ver con condiciones, que, en los próximos 10 años sin duda, cambiaran las constelaciones de factores claves, como la disponibilidad de agua, la producción de alimento y la seguridad social de la población en Chile. Existe en la actualidad una crisis aguda del agua y los pronósticos para el futura aun son peores, por tanto, sin un análisis del riesgo a fondo, es difícil desarrollar medidas coherentes. Especialmente aquellas medidas relacionadas a la cobertura vegetacional, dado que cambios en la temperatura y las precipitaciones causaran la perdida de la capacidad de “funcionar” como el lugar de almacenamiento de carbono y se convertiría en un “paciente” que va a necesitar un “Cuidado Intensivo” permanente, y se requiere de medidas de cambio de la composición y el manejo de la plantaciones de especies exóticas, para lograr asegurar las funciones principales y mantener la cobertura permanente para ayudar de recuperara las cuencas hídricas del sur de Chile.
En este sentido es prudente y constructivo observar a fondo la política del gobierno actual en el contexto de las medidas contra el Cambio Climático y en especial a los NDC, para motivar considerar los aspectos del Riesgo y la Seguridad Nacional en el conjunto, Bosques-Agua-Alimento. Además, se logrará algo mucho mas positivo si las políticas se concentran en una drástica (Carbono 0) reducción de las emisiones de CO2, en los próximos 10 años, en una sociedad igualitaria, participativa y democrática.
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What Lies Beneath, the understatement of existential Climate risk; by David Spratt and Ian Dunlop; Breakthrough, National Centre for Climate Restoration, Melbourne, Australia. First published September 2017. Revised and updated August 2018.
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https://www.wri.org/blog/2015/08/ranking-world-s-most-water-stressed-countries-2040
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2010-2019, la década más cálida y seca, Grupo @AntarcticaCL de la Universidad de Santiago; 2020